Por Juan
David Barrios Morón
UN
ENIGMA EN USAQUÉN
En
un suelo antiguo poco contemporáneo, donde llegan cientos de palomas entre la
alegría y carcajadas de la gente, mas adentro, en la iglesia donde se oyen
rezos y lamentos, sobresale la figura de un hombre de traje, gabardina y
sombrero buscando respuestas. Respuestas al crimen de una mujer en una tarde
lluviosa y fría en Usaquén.
Así comienza
esta historia detectivesca, entre las calles coloniales de un pueblo de antaño,
que hoy hace parte de la gran ciudad. Y entre la historia de un parque que
lleva el legado de miles de personas que por ahí circundaron sus alrededores.
Esa noche
era fría y lluviosa. Los árboles en su punto más alto acariciaban el viento, y
entre lo más profundo del parque de Usaquén se divisaba la luz parpadeante de
una linterna muriendo entre la lluvia.
En
ese momento Alguien se acerca al sitio donde la luz del farol está a punto de
extinguirse, y después de caminar varios metros entre los adoquines mojados,
logró sentir la presencia de alguien más. Quizás, la del propietario de dicho
objeto.
Al
tomar la linterna, observa un camino de huellas un poco raro, posiblemente por
la dirección hacia donde se encontraban. Justamente ahí, al levantar su mirada entre
la oscura noche, logró divisar el cuerpo de una mujer. Puesto ahí, como un
bulto entre los matorrales.
A La
mañana siguiente el lugar ya estaba acordonado por la policía, y los detectives
del caso empezaban a desarrollar su labor. ¿Quién la asesino? era la pregunta
que todos se hacían, mientras que el pulcro detective Charles solo busca
respuestas. Respuestas a un crimen lleno de crueldad y desahogo.
El cuerpo de la mujer se encontraba flagelado.
Sometido a una tortura difícil de explicar, pero a la que el sagaz Charles tenía
que lograr resolver en el menor tiempo posible para hallar al criminal.
Esa
mañana también era fría y lluviosa. Como si hiciera de antesala a la muerte de
María, y como si los arboles llenos de luto, lamentaran la muerte de la rubia,
aquella noche de octubre.
El
detective Charles, amante de las ciencias y de todo tipo de misterios, tenía
que emplear su conocimiento, observación, análisis y deducción para resolver este cruel
caso. Nada iba a ser fácil, pero él sabía en el fondo, que su espíritu policial
lo iba a llevar a encontrar al culpable de este atropello.
Usaquén
es el escenario perfecto para realizar un rodaje detectivesco al estilo de
Sherlock Holmes y Scotland Yard. Sus calles, casas, iglesia, cementerio y plaza
colonial son llenas de historias, en medio de un ambiente arcaico que te
traslada a aquella época de carrozas, caballos y veladoras para iluminar en la
oscuridad. Sin duda Usaquén y sus vientos de años atrás, son idóneos para una locación
del género policial.
“Este parque es uno de los lugares con
más historia en Bogotá ya que es un espacio que hace años fue testigo de luchas
por la independencia colombiana y 200 años después, es escenario de eventos
culturales como el encuentro entre cuenteros, músicos, artistas, entre otros
personajes, que le siguen dando vida y armonía a este lugar.
El parque se construyó siguiendo un
poblado español, el cual debía contar con una estructura que siguiera los
parámetros de las ciudades americanas de principios de siglo XVI, los cuales
eran una iglesia y una plaza rodeada por sus pobladores.
En el centro de la plaza hay una vieja
fuente que sigue conservando su estructura colonial y una estatua del
legendario libertador Simón Bolívar. A este espacio público lo rodea la
Parroquia Santa Bárbara, construida a finales del siglo XVI”.
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