miércoles, 23 de octubre de 2013



Por Juan David Barrios Morón                                        


UN ENIGMA EN USAQUÉN

 En un suelo antiguo poco contemporáneo, donde llegan cientos de palomas entre la alegría y carcajadas de la gente, mas adentro, en la iglesia donde se oyen rezos y lamentos, sobresale la figura de un hombre de traje, gabardina y sombrero buscando respuestas. Respuestas al crimen de una mujer en una tarde lluviosa y fría en Usaquén.
  
Así comienza esta historia detectivesca, entre las calles coloniales de un pueblo de antaño, que hoy hace parte de la gran ciudad. Y entre la historia de un parque que lleva el legado de miles de personas que por ahí circundaron sus alrededores.

Esa noche era fría y lluviosa. Los árboles en su punto más alto acariciaban el viento, y entre lo más profundo del parque de Usaquén se divisaba la luz parpadeante de una linterna muriendo entre la lluvia.

En ese momento Alguien se acerca al sitio donde la luz del farol está a punto de extinguirse, y después de caminar varios metros entre los adoquines mojados, logró sentir la presencia de alguien más. Quizás, la del propietario de dicho objeto.

Al tomar la linterna, observa un camino de huellas un poco raro, posiblemente por la dirección hacia donde se encontraban. Justamente ahí, al levantar su mirada entre la oscura noche, logró divisar el cuerpo de una mujer. Puesto ahí, como un bulto entre los matorrales.

A La mañana siguiente el lugar ya estaba acordonado por la policía, y los detectives del caso empezaban a desarrollar su labor. ¿Quién la asesino? era la pregunta que todos se hacían, mientras que el pulcro detective Charles solo busca respuestas. Respuestas a un crimen lleno de crueldad y desahogo.

El cuerpo de la mujer se encontraba flagelado. Sometido a una tortura difícil de explicar, pero a la que el sagaz Charles tenía que lograr resolver en el menor tiempo posible para hallar al criminal.

Esa mañana también era fría y lluviosa. Como si hiciera de antesala a la muerte de María, y como si los arboles llenos de luto, lamentaran la muerte de la rubia, aquella noche de octubre.

El detective Charles, amante de las ciencias y de todo tipo de misterios, tenía que emplear su conocimiento, observación,  análisis y deducción para resolver este cruel caso. Nada iba a ser fácil, pero él sabía en el fondo, que su espíritu policial lo iba a llevar a encontrar al culpable de este atropello.

Usaquén es el escenario perfecto para realizar un rodaje detectivesco al estilo de Sherlock Holmes y Scotland Yard. Sus calles, casas, iglesia, cementerio y plaza colonial son llenas de historias, en medio de un ambiente arcaico que te traslada a aquella época de carrozas, caballos y veladoras para iluminar en la oscuridad. Sin duda Usaquén y sus vientos de años atrás, son idóneos para una locación del género policial.

“Este parque es uno de los lugares con más historia en Bogotá ya que es un espacio que hace años fue testigo de luchas por la independencia colombiana y 200 años después, es escenario de eventos culturales como el encuentro entre cuenteros, músicos, artistas, entre otros personajes, que le siguen dando vida y armonía a este lugar.

El parque se construyó siguiendo un poblado español, el cual debía contar con una estructura que siguiera los parámetros de las ciudades americanas de principios de siglo XVI, los cuales eran una iglesia y una plaza rodeada por sus pobladores.

En el centro de la plaza hay una vieja fuente que sigue conservando su estructura colonial y una estatua del legendario libertador Simón Bolívar. A este espacio público lo rodea la Parroquia Santa Bárbara, construida a finales del siglo XVI”.

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