miércoles, 23 de octubre de 2013

La belleza de la decadencia



 Por: Andrea González Rodríguez


Bogotá es una ciudad de contrastes: mágica y fantasiosa, pero al mismo tiempo cruel y con una carga de realidad abrumadora. Esta urbe colonial posee lugares de los más variados tonos. En sus rincones, tras una buena búsqueda,  se pueden encontrar los escenarios perfectos para contar sinnúmero de historias sin importar su género o tema: la clave es saber buscar.

En mi caso no llegué al lugar perfecto para una historia de terror, el lugar llegó hasta mí. Me alcanzó a través de una fotografía tomada por el celular de un entusiasta estudiante con la idea de filmar allí un cortometraje de horror. Era una casa escondida tras altos muros blancos cubiertos de publicidad barata ya rasgada, que coincidían en una verja negra de antaño que separaba lo que parecían ser dos mundos: uno moderno en el que el ruido y los transeúntes de la ciudad siempre están presentes frenéticamente, y otro mundo que pertenece al pasado, que parece haberse quedado estancado e inmóvil en un silencio que solo es roto por el viento.

Esta casa es especial, una pieza rara y escasa de antaño que contrasta ampliamente con las edificaciones modernas de la zona. Su arquitectura de tipo republicano hermosa y señorial que denota un diseño realizado con sobriedad y buen gusto que crea una combinación perfecta con sus vidrios rotos, el musgo que quien sabe cuanto tardó en colonizar la piedra del balcón en el jardín y de las agujas del pino que nunca nadie recogió.


Este lugar ubicado en pleno corazón financiero de la ciudad, en la carrera séptima con calle setenta, es invisible para la mayoría de los transeúntes no tenía ninguna identificación aparente: no tenía dirección a la vista ni un nombre más que el de  ´Casa  Abandonada`. Sin esos elementos cada vez era más atractiva por ser uno de los pocos misterios que aún quedaban sin resolver en el mundo, o por lo menos en mi mundo.
  

 
Antigua dirección de la casa: carrera 7 #70-40



Cualquiera podría decir que casas antiguas hay por doquier en Bogotá, que solo hace falta tomar un transporte hasta el centro para embriagarse de ese pasado que aún permanece, pero no sería lo mismo.  Este espacio fue reclamado por el olvido y el abandono, sus puertas cerradas encierran el enigma de su apariencia interior, es decir, el aspecto de los espacios donde muchos vivieron y quizá murieron y por tanto un trozo de sus historias por contar. 

Con esta casona el transeúnte que la admira puede, sin esforzarse mucho,  imaginar que es el hogar de demonios, fantasmas, sombras sigilosas, es decir, criaturas de la oscuridad de todo tipo o incluso no es del todo descabellado pensar que allí se cometió algún crimen misterioso o que algún aquelarre y otros grupos se reúnen allí en secreto para realizar sus prácticas paganas.  

Este lugar es casi irreal y por lo tanto inquietante. El observador se siente incómodo al estar en su presencia porque le evoca la sensación de ser observado, la ansiedad de querer conocer que hay allí adentro y al mismo tiempo el temor de ser atacado por una amenaza invisible, un peligro indefinido que se oculta en su interior, quizá una criatura monstruosa o un psicópata listo para matar de nuevo.

También el abandono de este escenario lo hace perfecto para cualquier historia de terror: sus rincones oscuros y sus altos muros le dan un aire imponente, que se potencia por su arquitectura que recuerda las mansiones de estilo gótico, es decir, los primeros escenarios del género. La estética de esta casa no es una creación planeada o artificial, es el producto del total abandono, trae la ficción a la realidad, quiebra el orden natural de la ciudad y por ello logra producir emociones en quienes observan la construcción.

Cuando me decidí a por fin a visitar este lugar, el hechizo y la ilusión no se rompieron, se hicieron más fuertes y era necesario investigar seriamente que pasó allí. La ignorancia es la felicidad y lo corroboré al darme cuenta de que esta casa era famosa y polémica, que su misterioso pasado en realidad no lo era y que lo que creía era una mentira. Sin embargo lo que encontré no me decepcionó. 


Villa Adelaida en la actualidad

Esta quinta fue construida en 1920 por el acaudalado Agustín Nieto Caballero y nombrada en honor a su esposa como Villa Adelaida. Aunque hoy parezca imposible esta propiedad estuvo en sus inicios a las afueras de Bogotá, en un terreno que antiguamente solo albergaba pequeños bosques y matorrales que los primeros capitalinos solían explorar en sus tiempos de ocio, por lo que la zona rápidamente se convirtió en un lugar de recreo. 
 
Sus dueños originales la  ocuparon como sede provisional del Gimnasio Moderno, fundado en 1913 que proponía un cambio en la educación colombiana, y también como sede de la Legación de México, pero debido a problemas financieros en 1930 pasó a manos de Alfredo Camacho. Camacho que la renombró Villa Viola, en homenaje a su propia esposa. En ese entonces nadie se imaginaría que el nuevo nombre quedaría relegado a ser solo una referencia en los archivos de la ciudad y que por el contrario Villa Adelaida pasaría a la historia como su único nombre formal, pese a quedar empolvado en la memoria del colectivo bogotano.

Más adelante en  1970 el español Manuel Abajó que fue luego acusado de narcotráfico utilizó la casona como bar: el Barón Club. Nueve años más tarde se transformaría en sede del famoso restaurante El Gran Vatel hasta 1989 o 1990. Más adelante entre 1992 y 1994, Holguines S.A. anunció una restauración para convertir la casona en un hotel, pero la obra jamás inició. Diez años más tarde, en el 2006 Contexto Urbano quiso convertirla en centro comercial, pero debido a presiones de los habitantes del lugar simplemente construyeron un estacionamiento para vehículos a su alrededor.


La propiedad se encuentra rodeada por edificios y un estacionamiento
Este dato me devolvió a la realidad: el tiempo no perdona y la casa en ruinas no solo poseía esa belleza decadente, también estaba en una situación vulnerable: era posible que desapareciera, que se derrumbara sobre sí misma y se perdiera para siempre.  Tristemente a nadie parece interesarle conservar un patrimonio tan importante como lo es esta quinta, declarada patrimonio cultural en 2004; tanto así que le ´robaron` terreno para montar un negocio y tener ganancias inmediatas. Lo que antes fue un patio que albergó vida ahora es solo una capa de concreto fría y dura en la que nada volverá a crecer.


Alianza Fiduciaria S. A., quien estableció allí un estacionamiento que administrado por Parking System de Colombia, al parecer es el dueño actual del terreno y la construcción. Otros afirman que pertenece a Inmunizadora de Maderas del Oriente, Fideicomiso ADM Suscriptores, Concreto, y Arquitectura y Concreto, quienes están aliados con los encargados de construir el pasaje comercial autorizado en el terreno: Holguines S. A., Contexto Urbano y, Sociedad Bonilla y Arboleda.

Toda la decadencia de la casa, que la hace bella a su manera de una forma un tanto sombría y siniestra, simplemente es un recordatorio de que todo por hermoso, fino o valioso que sea siempre debe acabar, morir, dejar de existir. Este lugar invisible finalmente terminará por desaparecer, ni siquiera le quedará el aire señorial o su torre camuflada entre los árboles.

 
La casa quinta se encuentra en estado de total abandono

 Fuentes


Ojeda Perez, R., & Bueno Gil, F. E. (julio-diciembre de 2012). “Villa Adelaida”, inmueble de interés cultural bogotano. ¿Es de valor histórico o económico? Traza, 6, 84-101.

Clúa, I. (2008). Género y Cultura Popular: Estudios Culturales I. En I. Clúa, Género y Cultura Popular: Estudios Culturales I (pág. 390). Madrid, España: Edicions UAB.

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/C/casona_villa_adelaida_se_recuperara/casona_villa_adelaida_se_recuperara.asp
http://www.publimetro.co/opinion/villa-adelaida/lmkllk!IKjZ9lB388V8w/

http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10282951.html

http://portel.bogota.gov.co/portel/libreria/php/x_frame_detalle.php?id=16321

http://www.portafolio.co/opinion/blogs/507-palabras/bogota-ruinas

http://www.caracol.com.co/noticias/bogota/se-revive-el-polemico-proyecto-de-villa-adelaida-en-bogota/20090313/nota/777899.aspx
 

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